"A la mágica y poderosa creación"


miércoles, 14 de abril de 2010

El juicio final

"A veces los sueños nos enfrentan con nuestros temores y nos recuerdan que somos seres mortales. Al despertar y vernos vivos comienza un nuevo día para buscar alcanzar lo que queremos y festejar que aún somos parte de esta dimensión llamada planeta tierra"
Allí estoy, en mi cuarto, frente a mi escritorio. Hace minutos que he regresado del trabajo, es diciembre, en uno de esos días de rutina de mi vida en que suelo lamentar no haber podido aceptar la invitación del sol a pasar el tiempo en compañía de la naturaleza. De repente una energía desestabilizadora fluye por mi cuerpo en milésimas de segundo, el ventilador de mi habitación comienza a girar a gran velocidad sin que nadie lo encienda. Consternado corro a apagarlo. Siento un fuerte indicio que algo muy extraño está por suceder, me invade una vital preocupación.
De golpe el cielo se torna completamente oscuro por un segundo y el aire comienza a faltar. “Es el fin” afirmo convencido, sin tiempo para pensar ni reaccionar.
Con pocas fuerzas camino hacia el pasillo, desde allí puedo ver el cielo que en ese momento es azul. Sonidos anormales, cambio de tonalidades y esa energía invisible que baja y todo lo apaga. Algo se descompensa, mi cuerpo también. Quiero resistir aunque el oxígeno escasea. Siento como cada parte mía de a poco se va desintegrando, aunque mi mente siga peleando. Parece que el mundo está a punto de terminar, ha llegado el día del juicio final, ya no habrá vida ni tierra por habitar. Yo allí, luchando de cara al cielo.
Pienso en todas las cosas que dejo pendientes, proyectos que aún no he podido concretar, que siempre creí tener tiempo para alcanzar. Le planteo a Dios por qué tanta furia recae sobre mí, no recibo respuestas. Corre en mí una gran desazón.
El dolor es cada vez más intenso, imposible se hace respirar. Algo me dice que a algún lado voy a llegar. Todo en mi mente da vueltas creo que estoy por perder el equilibrio y el conocimiento. Una atracción baja a mí y hace calmar el sufrimiento. Ilumina como un rayo de sol en un oscuro sótano, pero con el color blanco de la luna, curiosamente como una fusión entre la luna y el sol. Es un paso entre el dolor y la paz. Intento seguir peleando pero es más seductora esta energía, abro ambos brazos en búsqueda de la liberación, no hay más dolor, solo esta fuerza atractiva, poco a poco voy sintiendo que estoy por comenzar a levitar.

3 comentarios:

  1. Muy bueno locoo! me gustó chee... se extraña ir al gym con uds y tener charlas sobre estas cosas raras... jajaj

    Después nos juntamos a tomar unas birras y charlamos del cuento, creo entenderlo, pero con estas narraciones literarias nunca se sabe... jaja

    Saludos viejo!!

    Nicovi

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  2. el otro día estuve con el puma, preguntó por vos y te mandó saludos!!

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  3. Grande Nico! Que grosso el puma. Me gusta que te deje pensando. Un día tenemos que hablar sobre lo que entendiste de cada uno y te cuento cual fue mi idea central, a veces trato de no develarla para ver como le llega a cada uno. Abrazo amigazo!

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